domingo, 30 de enero de 2011

¡ANIMAL!


Atendiendo a la gentil sugerencia de la arquitecta Silvia Meyer, ilustre lectora del Blog de La Bocona (entre otras muchas lecturas, según se deduce), he de  tocar un tema, con el que tengo una vieja deuda: La relación entre   ese animal bípedo, omnívoro, y terriblemente depredador, llamado por sí mismo Hombre, y el resto de los animales vivientes. La denominación “hombre” por arcaico machismo, incluye a la hembra de este animal, llamada mujer, y a sus crías llamadas niños.


Esta nota merece ser leída con música de fondo. Por sugerencia del autor incluimos el tema
La petite fille de la mer de Vangelis del disco "El apocalipsis de los animales"

 
  
En defensa de los derechos de la vapuleada hembra del  “hombre” y sus crías, en adelante llamaré  al conjunto, “Humanidad”. Este término incluye a todo animal bípedo que depreda por placer, llora, entierra a sus muertos,  ríe, se come al resto de los animales y construye armas letales para eliminar a sus semejantes. Por respeto y consideración, no me atrevo a amonestar con la palabra  “hombre” a todo animal normal que reporte, por error o desesperación, una conducta similar a la del bípedo humano. 

La relación a la que aludo, fue, desde los albores de la humanidad,  marcadamente desventajosa para los animales erróneamente llamados “inferiores”. Así lo ilustran las pinturas rupestres de las cavernas paleolíticas el periodo Auriñaciense (Alto Garona, Francia), las cuevas de  Lascaux (Montignac, Dordoña, Francia) del mismo periodo, por citar solo algunas. Vemos en esas pinturas, escenas de caza en la que hordas de humanos atacan a bisontes, venados, etc., con primitivas lanzas. Estas culturas del mediterráneo europeo, han evolucionado mucho desde entonces en la perfección de sus armas, de manera que cuando llegaron a América, pudieron destruir fácilmente a los humanos y animales de este continente.

En la actualidad, observamos, que con total impunidad, los humanos hemos creado una cultura escolarizada, en donde se enseña a los niños que “la vaca nos da su leche y  su carne para alimentarnos; su cuero par a hacer zapatos y prendas de vestir y hasta sus cuernos para  fabricar mates y adornos”. He aquí un gracioso eufemismo para no decir a nuestros niños que robamos a los terneros la leche que su mamá guarda para ellos, que luego la asesinamos arteramente para devorar su carne y que de los restos de su cadáver hacemos prendas y adornos que lucimos  con el orgullo del cazador que exhibe sus trofeos de guerra.

El salvajismo humano, ha producido y produce, aberrantes masacres contra las indefensas crías de las focas y lobos marinos, contra los peces del mar, contra las aves del cielo, contra las bestias de los bosques y ríos, contra los insectos. Ha destruido, asimismo, los hábitat naturales de los demás seres vivos y el suyo propio, para llenar con dolorosos sustitutos, su vacío espiritual y su apetito consumista.

Este despiadado “antropocentrismo”, elegante término para nombrar lo innombrable, no alcanza para tapar tanto horror y crimen de lesa animalidad.

Es hora de hacernos cargo, hermanos humanos, de que no somos el centro del mundo: no tenemos autoridad moral ni  status inteligente para ello.

Eso que parece tan extraño y lejano, está aquí y de nosotros depende. Nosotros los costeños y los demás, podemos aportar para salvar a la vida inocente de los animales no contribuyendo al apocalipsis de los animales: podemos empezar por no usar a los animales para diversiones groseras, ni otros abusos; por evitar los incendios forestales: la vida de miles de animales y plantas es más valiosa que un cigarrillo que se arroja desaprensivamente sin apagar,  a la hierba seca.

No nos olvidemos que no somos el centro del mundo, sino apenas un eslabón de la cadena trófica, un animal que ha de morir indefectiblemente, como cualquier otro animal. Así de democrática es la muerte, en su inapelable justicia.

                                                                                                      FELIX R. GUERRERO

Foto: elperrokiwi.wordpress.com

3 comentarios:

  1. Como siempre, la profundidad de los comentarios del Señor Guerrero me dejan sin palabras! Qué agregar a éstas reflexiones que nos muestran una cruel realidad cotidiana: pensarnos como únicos, dueños y señores de todo lo que nos rodea....

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  2. Sin duda, una reflexiva y hermosa lectura...Gracias Silvia por la recomendación. Noe Rod

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  3. ¿de donde sacaste la foto?¿que significa?

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