Página 12 - El poeta y cantor, que fue parte de los Quilla Huasi,
recibirá sus ochenta años con las calles de su pueblo natal, en La Rioja,
rebautizadas con nombres de sus canciones.
Por Cristian Vitale -
Puede
que Ramón Navarro, prócer viviente de la música popular riojana, haya pensado
que la antología Los encuentros era su cenit. Que tener a León Gieco, Luis
Salinas, Juán Falú o el cantaor andaluz Rafael de Uretra –entre muchos otros–
interpretando varias de sus piezas era, de por sí, el mejor homenaje que le
podían hacer en vida. Y podría haber sido, de hecho, si no tenía lugar una
ocurrencia: la de Héctor David Gatica –amigo, comprovinciano y poeta– que
anunció aquella obra con un deseo: “Si llegando por un viejo caminito senda
gris, la voz del hijo amado se convirtió en el himno de su pueblo podrían, por
qué no, algún día, sus calles tener el nombre de sus canciones”. Y la fantasía
mutó en realidad cuando una ONG, que lleva el nombre de un clásico de clásicos
(Mi Pueblo Azul), tomó la idea y la concretó. “Es una sorpresa grata y rara a
la vez”, se emociona Navarro, presto a viajar a su pueblo natal, donde el
viernes 14 de marzo, la flor y nata musical de los llanos se concentrará para
ver sus calles rebautizadas con el nombre de sus temas. “Digo rara y grata a la
vez, porque no he tenido referencias de que exista algo así en otros lugares.
El pueblo ha querido que sus calles, más allá de mi persona, tengan un nombre
que representa a sus habitantes. Esto es lo importante... Me da la impresión de
que todo lo que hice, lo hice para que suceda esto”, sonríe el poeta chuqueño,
mientras toma mate con yuyos y cuenta los días que faltan con los dedos de la
mano izquierda.
El
homenaje, como plus, coincide con el cumpleaños número ochenta de Navarro, y
las calles de Chuquis, cuyo trazado no corresponde a un damero típico, sino a
un sinfín de curvas sinuosas, callejones y atajos que se pierden al pie de los
cerros, llevarán –además de “Mi pueblo azul”, claro– los nombres de varias de
las gemas riojanas que impregnan el acervo de la música popular argentina: “A
Don Rosa Toledo”, “Leopoldo Silencio”, “Changuito chuqueño”, “Chaya del
corcelito” y “Chayita del vidalero”, entre ellas. “Todas las canciones, por más
que no refieran específicamente a Chuquis, tienen que ver con mi infancia y mi
adolescencia. Viví en La Rioja hasta los 21 años y todos los años, no bien
terminaba el colegio, me iba a la casita del pueblo. Me quedaba tres meses allá
y tengo impregnado en mi ser los pesebres, los cantos navideños, las chayas, el
cantar coplas de a caballo, los amigos que ya no están, las cajas chayeras que
hacíamos con mis amigos... Toda esa experiencia es la que tiñe mis canciones,
por más que hablen de otra cosa. Hasta escribí un tango que tiene que ver con
eso”, se ríe el ex cantor de los Quilla Huasi, que ignora qué pasará en su
cumpleaños. Apenas lo intuye: “Me tienen escondido el programa. Sé que me
quieren dar una sorpresa, pero la verdad es que no sé de qué índole serán esas
sorpresas. ¿Será que habrán invitado grupos para cantar las canciones cuyo
nombre será el de las calles? La verdad es que festejar mi cumpleaños así,
bueno, mejor imposible”.
Navarro,
hermano de Lucio –fundador de Huerque Mapu–, lleva una larga existencia como
cantor, músico y poeta popular. Fue la voz solista de Los caudillos, la crucial
obra de Félix Luna y Ariel Ramírez grabada originalmente en 1967 y repuesta
cuarenta años después por el mismo Navarro, junto a Fabián Bertero y la
Orquesta Juan de Dios Filiberto, en el Teatro Nacional Cervantes. Y también
integró durante once años los Cantores de Quilla Huasi; ideó y concretó –junto
al mismo Gatica– la Cantata riojana, grabada en 1985, y compuso varios de los
clásicos que serán calles en su pueblo: “Coplas del valle”, “Chaya de los
pobres”, “Zamba del cercador”, “Patios de la casa vieja” y “Verde de los
patios”, además de los nombrados. “Agarré Internet, puse ‘nombre de calles con
canciones’, y no me apareció nada, sólo una Rolling Stone que decía ‘si las
calles tuvieran nombres de canciones’. No sé, hay calles con nombres de
escritores, de músicos, de artistas, pero ¿de canciones?”, vuelve “el caballero
de la chaya”, sobre la iniciativa popular, cuya ordenanza municipal se aprobó
con el aval de las 85 familias que viven hoy en Chuquis, a la vera de una de
las vertientes serranas que dan vida a los pueblos de la costa riojana.
Retirado
de los conciertos hace tiempo, Navarro sigue componiendo y espera un documental
que está produciendo sobre su vida, la todoterreno del folklore Silvia Majul.
El poeta dice escuchar todo tipo de música (tango, chamamé, chacarera, rock and
roll) y recomienda ubicar el oído en jóvenes exponentes de la MPA como Juan
Quintero, Ramiro González y Carlos Aguirre. “Está muy bien lo que hacen. Son
talentosos, y no vienen atropellado... Vienen con respeto y humildad, como
verdaderos grandes”, va concluyendo el hombre, que piensa sus ochenta años
apenas como bastantitos. Y concluye: “La realidad me lo ha hecho comprobar”.
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