El reconocido historiador Aurelio Alilo Ortiz fue nombrado como embajador itinerante del pensamiento e historia de Pedro Ignacio de Castro Barros en todo el país durante el periodo 2011-2016. Nos visitó en la mañana de ayer en el estudio de la radio donde mantuvimos una interesante entrevista. A continuación presentamos el discurso completo de Alilo pronunciado el sábado pasado al conmemorarse un nuevo aniversario de la Independencia.
9 de Julio, cumpleaños de la Patria porque, hablando con propiedad histórica, el embarazo comenzó el 25 de Mayo de 1810, pero el parto de produjo el 9 de Julio de 1816. Como todos los años, el gobierno de La Rioja viene a Chuquis porque es el pueblo natal de Castro Barros, el diputado nacional que juró la Independencia en nombre nuestro y firmó el Acta en representación de La Rioja. Gracias señor gobernador por reconocerlo con su presencia y la presidencia de este acto.
Ciertamente el espacio es reducido, pero aquí nació Castro Barros y no en la plaza. Aprovecho la oportunidad para decir que este problema tiene solución. (Una changa parea nuestro diputado) El dueño de la finca de enfrente está dispuesto a ceder una franja de un par de metros de terreno para ensanchar la calle, pasando también el canal por dentro de la finca. También estamos ensanchando la esquina para facilitar el estacionamiento de los vehículos. De esta manera no sólo tendremos más espacio, sino que el museo lucirá mejor.
Y todo esto ¿por qué? Porque ésta es su casa natal, convertida desde 1970 en museo, que viene a ser el tercer gran homenaje que le hizo La Rioja a Castro Barros, homenaje único e irrepetible. El primer homenaje único e irrepetible se hizo en 1926, cuando se trajeron sus restos desde Chile. El segundo gran homenaje se hizo en 1949, con el mausoleo que está en el atrio de la catedral. Porque podríamos hacer muchas estatuas, placas, nombres de lugares o instituciones, pero -insisto- estos tres no se pueden hacer en otro lado.
Pero nos está faltando un cuarto homenaje único e irrepetible. A mi criterio, más importante que los otros tres, cual es recuperar sus ideas, (como la doctrina de Perón, según los peronistas) ideas plasmadas en las cosas que él escribió o en los comentarios de sus contemporáneos. Esto es lo que vengo trabajando desde hace tres años. Gracias señor gobernador por el apoyo que me brindó el gobierno para cubrir los gastos. Por ejemplo, para viajar a Chile y rescatar, entre otros, un documento que dice bien a las claras que Castro Barros era hombre de consulta para el arzobispo de Santiago. Al libro ya lo tenía listo, pero me enteré de que en el archivo secreto del Vaticano había documentos. (Los historiadores no tienen ni noticia de su existencia)
Aprovechando “Internet para todos” no tuve que viajar a Roma. Me conecté con un cura a quien no conocía quien, a pedido mío, entró en el archivo y consiguió copias de unas 300 hojas manuscritas, las puso en un CD y mi amiga la diputada Beba Soria me lo trajo. Y ahí estoy, tratando de descifrar qué dicen, porque tropiezo con dos dificultades: la letra de quien escribió y el deterioro de la tinta. Y no digamos nada cuando el documento está en latín con sus giros idiomáticos. Afortunadamente, utilizando “Internet para todos”, mi amigo el arzobispo de Mendoza me sugirió el nombre de un cura de Catamarca, (sólo sé que se llama Emiliano) quien consiguió que un cura de León (España), (sólo sé que se llama Miguel y es especialista en latín) me dé una mano. Todo esto sin moverme de casa. ¡Cómo no voy a pedir un aplauso para Internet para todos!
¿Y qué dicen esos escritos? Por lo que veo, apuntan a fundamentar la candidatura de Castro Barros para obispo y nos aportan datos desconocidos sobre sus actividades en el destierro. Por ejemplo, que el arzobispo de Chuquisaca lo invita a su casa para mitigar su sufrimiento. Otro, que Castro Barros tenía un sobrenombre BONAERGES, término arameo que utilizó Jesús para decir que Juan y Santiago eran “hijos del trueno”. Así es más fácil entender el comentario de Sarmiento en Recuerdos de Provincia: “Castro Barros predicó a la luz de la luna y sus oyentes cubríamos una cuadra”. Quiere decir que tenía un vozarrón parecido al trueno. Otro ejemplo. Un condiscípulo dice que no sólo ellos sino también los profesores de la universidad de Córdoba estaban admirados de la inteligencia de Castro Barros, al punto que no había otro igual en toda Argentina.
Pues bien, a este libro (que estoy terminando) yo lo ofrezco públicamente para que lo haga imprimir el gobierno de la provincia como el cuarto gran homenaje a Castro Barros en el marco del Bicentenario de la Patria.
Pero no sólo yo me ocupo de Castro Barros. También la Gringa Falón, que con un programa social hace la limpieza. Esta la Mary de Jorge, (perdón, estoy usando términos chuqueños) es empleada municipal pero está afectada a una institución de la provincia. (Aquí el intendente lo mira al gobernador) Está Walter, a quien todos los años hay que buscarle la renovación del contrato. Y estaba la Bety, la única empleada del museo (hija de Camilo y nieta de don Segundo Samienta, uno de los últimos diaguitas que vivieron en Chuquis) pero se acaba de jubilar. Para todos ellos, particularmente para Bety, “la jubilada”, yo les pido un aplauso a modo de reconocimiento por lo que hacen.
Sí ya sé, entendí la seña. También estoy yo, pero como soy jubilado debo trabajar gratis. ¿Querrán decir que sólo sirvo para pieza de museo?
No importa. Viva la Patria, viva Chuquis, viva Castro Barros.
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