domingo, 14 de noviembre de 2010

QUEMEN ESOS PANES, LES DIGO…


A propósito de la implementación del programa "Pan y organización"

Todo venía bien: el pan se amasaba con esperanzas felices. Cada vez se incorporaban más vecinos entusiasmados con el trabajo comunitario. Pero un silencio ominoso flotaba amenazante en el pueblo de los amingueños. Era sabido que no nos iban a dejar tranquilos, decían algunos. Los temores tenían firme asidero. Se presentó un emisario bien grandote y les tiró la advertencia sobre la mesa…

-Manda decir el patrón que el que amasa esos panes solidarios, se queda sin plan, sin ticket, sin nada.

No es mal tipo el grandote, pero la obediencia debida es así. No hay que pensar, no hay que sentir, no hay que cuestionar, simplemente hay que obedecer.

Tanta soberbia, tanto afán de sometimiento y tanta bestialidad esconden otra cosa. Además de la repugnancia que les causa lo genuinamente popular, tienen miedo. Le tiene  miedo al pueblo organizado, al pueblo dignificado, al pueblo libre de las cadenas del clientelismo político. Y tienen  miedo a perder el manojo. Para esconder el odio y el espanto, se ponen el saco populista y cantan a las madres “aquí estoy a tu lado, mi promesa cumplí”, aunque jamás cumplieron los verdaderos anhelos ni satisficieron las necesidades urgentes del pueblo. Lo conforman con chucherías demagógicas y sentimentaloides. Así “cumplen”. Para asegurar el poder mienten y amenazan.

Es por eso que quieren cambiar el pan solidario amasado comunitariamente, por otro pan, el pan de la dádiva humillante, amasado con las babas de la ambición.

Muchos vecinos no saber qué hacer. Se sienten indignados e impotentes. El poder que tomó tramposamente la voluntad de los costeños es fuerte y tiene el corazón de hielo.

Pero un pueblo no se pisotea tan fácilmente. No somos un pueblo vencido. Las huellas de la esperanza están presentes en cada camino o senda. La rebeldía subyace siempre en algún rincón del corazón. Creo que aun no aprendimos a sacarla en las circunstancias adecuadas ni por   los motivos apremiantes.

“Se levante tu  frente de todo lo perdido, de lo llorado. Sacuda tu pié la ceniza de las batallas perdidas; recoja tu mano el premio de ver a tu pueblo feliz, comiendo del pan por el amor consagrado”.-

                                                                                 FELIX R. GUERRERO

No hay comentarios:

Publicar un comentario